


Estos aceites residuales impiden la penetración del oxígeno desde el aire al agua debido a que cubren la superficie acuática cuando se derraman a la canalización.
Después de descomponerse dentro del agua con el tiempo, aceleran el consumo del oxígeno en el agua y causa el estrechamiento de los canales de drenaje.
Los aceites residuales, que componen el 25% de la contaminación acuática residual, dificultan asimismo la purificación de las aguas residuales. El acceso de estas aguas a los mares, ríos y lagos perjudican a los seres vivos.
El desecho de los residuos de aceites vegetales usados conlleva otros problemas como incendios en los vertederos y la contaminación de la tierra y las aguas subterráneos.
Para evitar perjuicios de los aceites al medioambiente, los aceites usados para freír no se deben tirar a la basura o el lavabo, en cambio, hace falta acumular en los utensilios limpios y cubiertos.